13 TV: «un aire nuevo», una frecuencia nueva, ¿un proyecto nuevo?

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Campaña de 13TV para resintonizar su canal en la nueva red MPE4

Un aire nuevo”, ése es el eslogan últimamente de 13TV. Y junto a ello su nueva frecuencia situada en la red MPE4 resultado de su reciente licencia en propiedad, ya que será a partir de ahora cuando finalice las emisiones que ha estado manteniendo en simulcast junto al antiguo mútiplex de Unidad Editorial. Pero a pesar de sus nuevos aires y de sus aumentos de audiencia aprovechando el río revuelto que se vive en la política, nos seguimos planteando muchas reflexiones y preguntas respecto a este proyecto de televisión, que pasamos a analizar a continuación.

 

Su elevado coste

Efectivamente, para empezar, según datos publicados por el diario.es son más de cuarenta millones de euros los gastados hasta la fecha, unos diez millones al año, cuatro más que los necesitados habitualmente para Cáritas; y eso pese a una parrilla de producción modesta sustentada básicamente en tres pilares: los debates políticos, ciertos espacios religiosos especialmente cuando llegan estas fechas y el resto películas antiguas, sobre todo de vaqueros.

 

Una televisión católica y comercial, dos modelos no siempre fáciles de encajar

En segundo lugar, como ya comentamos en otro artículo, nos llama la atención esa curiosa ambivalencia entre los principios inspiradores de un proyecto enmarcado dentro de la misión evangelizadora de la Iglesia y la realidad de unos medios, que si son privados, no dejan de ser empresas; y por tanto, dependientes de unos modelos de negocio que no pueden desligarlos ni de la dura competencia de una economía de mercado ni de las reglas más especificas de la televisión, que acostumbra a utilizar a las audiencias como meras mercancías para intercambiarlas por ingresos publicitarios. ¿Esto qué significa? Pues que al final, y dado que 13TV como televisión católica está jugando con unos intangibles que trascienden a su imagen como empresa, siempre tenemos la impresión de que ambos esquemas resultan  incompatibles, y consecuentemente uno de los dos termina siendo perjudicado en la balanza.

Es decir, que si por ejemplo, para conseguir puntos de «share» se cae en el espectáculo de los acalorados debates de griterío constante cuyo ambiente muchas veces provoca inevitables exaltaciones y que pueden terminar en expresiones dolientes, es fácil que se termine desnaturalizando el mensaje y la responsabilidad que como televisión católica tiene en dicha misión evangelizadora; pues el Evangelio no se anuncia sólo con el contenido y las palabras, sino con las formas y  el saber estar. De hecho, no deja de ser una manera de vivir y de sentir como la que hemos visto en ciertos prelados cuando alguna vez han acudido a hablar en «El Cascabel», o cuando recientemente se han hecho campañas a favor de Manos Unidas y ha sido entrevistada alguna monja o responsable, que es sólo un granito de arena de la cantidad de personas que pueden aportar una visión profunda y enriquecedora de muchos de los problemas actuales en la ventana de 13TV.

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La hermana Victoria Braquehais, misionera en la República de El Congo, visitaba el programa El Cascabel el pasado 24 de febrero con motivo de la campaña de Manos Unidas «plántale cara al hambre y siembra». En un momento dado, no sabemos si como indirecta, lanzaba el siguiente mensaje: “quizás porque yo vengo de una cultura en la que es muy importante dialogar las cosas (es la cultura del ubuntu que decía Nelson Mandela y en el que todo el mundo pues tiene un espacio), yo he notado que hay mucha crispación… ¿aquí en España? –intercedía la periodista Isabel Durán, y ella prosigue–, sí, se nota en el ambiente, se nota en la calle, se nota en los medios, porque nos falta dialogar de persona a persona. O sea, no podemos hacer una conversación o establecer un debate para quedar bien, para ser mediáticos o porque decías lo de políticamente correcto o incorrecto. A mí me da igual, a mí me importan las personas, y yo creo que si dialogamos las personas desde el fondo de lo que nosotros somos, y desde la verdad que vemos, entonces podemos hacer cosas que van a ser positivas para los demás”

 

El inevitable reduccionismo argumental de izquierdas y derechas

Luego además, esta realidad cuenta con otro aliciente muy propio de nuestro país. Y es que cualquier tema, información, opinión, dato o punto de vista, incluyendo los propios asuntos religiosos, parece que tienen que ser encajados en unas mentes duales, que a su vez actúan como casilleros de unas ideologías políticas de las que desgraciadamente los medios se han convertido en extensión, sin capacidad para hacer juicios críticos que no pasen por el clásico maniqueísmo aburrido de izquierdas y derechas; y entendiendo la palabra no como argumento, sino como un arsenal de agitación con el que alimentar la confrontación mientras se suben las audiencias; lo cual hemos de decir que contrasta curiosamente con el tono sereno, meditado, dialogante y hasta conciliador de estas mismas personalidades eclesiales, casi como si hubieran venido a poner orden fraternal en el habitual gallinero de determinados espacios, y que desde luego hacen subir la calidad divulgativa, informativa y de pensamiento en el canal; pero que sin embargo, es muy posible que no los acompañen los datos de audiencia que quiere ganar.

Ése es, pues, el curioso y complejo equilibrio en el que se mueve constantemente 13TV, aunque depende del cristal con que se mire. Porque a lo mejor esa audiencia que intenta atrapar no es la audiencia que debe buscar para reconocerse en la identidad que necesita para construir su valor diferencial; o también puede verse como la audiencia que tiene la oportunidad de educar, ya que muchas veces la gente pide lo que le gusta, o simplemente se queda en lo que más le llama la atención, pero también hay saber cultivar el gusto de la gente.

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A veces el recurrente acaloramiento con el que se condimentan los debates para atraer su consumo, se nos puede ir de las manos. El pasado 17 11 2015 el habitual espacio El Cascabel recordaba al típico escenario de niños discutiendo en el patio de un colegio y en el que ‘un profesor’, Antonio Jiménez, desgallitándose mandándolos callar, termina perdiendo los nervios diciendo: “¡me cago en la leche!, ¡de verdad joder y con perdón! ¡vamos a ser disciplinados, hombre! (…) y además el tono… ¡es que estáis histéricos!». También el antiguo espacio deportivo “La Goleada”, ya retirado, fue polémica por otro acalorado desencuentro el pasado 11 11 2014 en el que uno de los invitados, Juanma Rodríguez, acabó diciéndole a su adversario Jose Joaquín Brotons “tú llamas mamarracho… tú eres un imbécil, pero un imbécil de enciclopedia”, más el insulto de otro de los contertulios al técnico del Barça Luis Enrique llamándole idiota en el programa del 21 10 2014 con el sonrojo de Danea Boronat, que trató de intermediar en la situación con un dulce “al banquillo”. Pero no fue menos el espectáculo del espacio Más Claro Agua, más reciente, del pasado 9 de febrero 2016, en el que otro de los intervinientes, en este caso el socialista Antonio Hurtado terminó diciendo “sois la ultraderecha, la extrema derecha” dirigiéndose a la periodista Carmén Tomas, quien sintiéndose ofendida tras intentar su rectificación, abandonaba el plató. En definitiva, son alguno de los episodios vividos en la cadena de la Conferencia Episcopal que en la medida en que trata de participar en ese modelo polemista y sin buscar su propia personalidad, también puede acabar afectando a la imagen de la Iglesia que proyecta en su pantalla de televisión.

 

¿Un canal a dos velocidades?

Ya para terminar, la tercera de las cuestiones que nos planteamos es que muchas veces no sabemos si está respondiendo al programa de comunicación de la Iglesia Católica o al de determinados partidos políticos; partidos con los que se puede llegar a compartir determinadas ideas católicas como la defensa de la familia tradicional o el estar en contra del aborto, pero teniendo muy en cuenta que no todas las que entran en su ideología tienen por qué corresponderse con un mensaje cristiano o los discursos que se divulgan desde el Vaticano, especialmente cuando se trata de hablar de economía simpatizando y hasta defendiendo las actuales políticas neoliberales.

Es más, en este último caso pensamos que las ideas emanadas de la aplicación de sus principios entran en contradicción con la filosofía del Evangelio; cuya ley del máximo beneficio invoca una cosmovisión basada tanto en el individualismo y como en el egoísmo, del que deriva gran parte del relativismo moral que padecemos; al tiempo que dicha concepción también coloca en el centro la ambición e idolatría hacia el dinero de la que el Papa Francisco tantas veces se ha referido en sus discursos, y que paradójicamente, se ha visto a veces más reflejado en entrevistas de canales de la competencia como Cuatro, con su primera entrevista en España, que en las pantallas de 13TV.

De esta forma, tenemos la impresión de un canal que camina como a dos velocidades. Por una parte, la de una 13TV que tímidamente, y aprovechando una reciente campaña de Manos Unidas, nos menciona temas que por sí solos darían para programas enteros. Esto es, por ejemplo, la responsabilidad de los países ricos en la corrupción de los países pobres, el negocio de la comida y la necesidad de una estética que evite su desperdicio, el recurrente problema del acaparamiento de las tierras en el tercer mundo y la monopolización de los cultivos, los desafíos ambientales ante la mala praxis de las industrias mineras o petrolíferas, y cómo no, los niños que trabajan en las minas del Congo doce, trece y hasta catorce horas por poco más de veinticinco euros al mes, hablando de la necesidad de formar a la población en una conciencia crítica que les permita desarrollarse en unas condiciones dignas, según explicaba la hermana Victoria Braquehais, quien también recordaba las célebres palabras del Papa Francisco “todo el mundo tiene derecho a las tres tés: tierra, techo y trabajo”.

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Arriba, Soledad Suárez, presidenta de la ONG católica Manos Unidas hablando de distintos problemas en relación al hambre y la pobreza en el mundo. En el centro el espacio «Salvados», en la Sexta, analizando el fenómeno de la deslocalización productiva en la industria textil y la pobreza vivida en países como Camboya cuya población sufre las explotación de la mayoría de fábricas que trabajan para marcas internacionales, entre las que se mencionaba la conocida Zara, del grupo Inditex. Abajo el espacio «El Cascabel» del pasado 9 de Marzo quien se refería a los brillantes beneficios obtenidos en el último año por la citada compañía, olvidando esta otra realidad; y pareciendo casi una reacción al documental emitido por la Sexta hace unas semanas.

Sin embargo, luego tenemos la otra 13TV, la que el pasado 9 Marzo, en el mismo espacio «El Cascabel«, elogiaba a la empresa Inditex tras haber ganado un 15% más que en 2015 consiguiendo un beneficio neto de 2.875 millones de euros. “Estamos hablando sin duda de la empresa española que mejor vende la marca España en el mundo, es un éxito y también es un orgullo, es un modelo extraordinario”, enunciaba Antonio Jiménez. Pero sin que ninguno de los allí presentes (en la línea de lo expresado por la misionera participante en Manos Unidas Carmen Bascarán) pusiera el contrapunto de que ese modelo que tantas ganancias genera, no sólo se debe a sus ventas, sino a costa de participar en una economía deslocalizada; que aprovechando la extrema pobreza de países como Camboya, encarga su producción a fábricas cuyos trabajadores se encuentran en unas condiciones de gran explotación, casi de esclavitud, tal y como reflejaba hace pocas semanas el reciente espacio de «Salvados«, en La Sexta. Y pudiendo concluir que la auténtica riqueza es la que supondría producir directamente en España creando más puestos de trabajo, aunque el margen del beneficio privado para la compañía fuera menor.

 

Conclusiones y propuestas

Durante muchas de nuestras horas dedicadas a descubrir canales, a ver sus contenidos (no los que conocemos, sino los que en un momento dado nos han llamado la atención en el espectro) nos viene a la mente «Solidaria TV», antes llamada “Tverbo”; un canal que se puede tomar como idea de lo que significa una televisión religiosa inteligente, que aprovecha todo tipo de formatos, especialmente los divulgativos; de manera que sin estar todo el día retransmitiendo misas o programando sermones, no deja de anunciar el Evangelio, sobre todo por la función social que realiza, que es otra forma, incluso a veces más eficaz, de transmitir sus valores.

Así que ahora que suponemos que ya no necesita gastar tanta cantidad de dinero en el alquiler de una frecuencia de TDT a raíz de la adquisición de su propia licencia, seguimos insistiendo en nuestra propuesta para 13TV, que posiblemente sea la propuesta que piensen algunos en los debates que también ha generado este tema dentro de la propia Conferencia Episcopal. Y es que sería interesante que intentase apostar también por espacios donde prime más la reflexión, el argumento, la divulgación y menos el espectáculo fácil del griterío constante; de manera que en lugar de especializarse en un producto tan limitado y coyuntural como el que está ofreciendo actualmente (y que puede pasar de moda como les pasó a los teléfonos de Nokia) amplíe horizontes teniendo en cuenta todas las cosas que podría ofrecer como televisión católica; que como decimos no tiene por qué tratarse de estar todo el día retransmitiendo misas, y empezando por la participación en sus debates de nuevas voces dentro de la Iglesia que en sus formas y sus ideas nos enriquezcan.

De esta forma, de lo que se trata es que la televisión se convierta en un medio “de servicio hacia (hacia el espectador, hacia el religioso, hacia el desfavorecido por ejemplo) en lugar de un medio “al servicio de (de la publicidad, de la audiencia fácil, de posibles intereses ajenos a sus principios); y de manera que por una parte comunique mejor la labor de la Iglesia Católica, y por otra, ofrezca espacios sociales donde apetezca plantearse cuestiones que, sin hablar necesariamente de Cristo y de la fe, permitan una mejor transmisión de los valores de esa misma fe, sin polarizaciones, con total libertad, y sin temor a las dependencias publicitarias. Porque para eso es el único medio que puede contar con un sistema mixto (lo que hoy en día viene a llamarse “crowdfunding”) a través de los tantos fieles que a veces los sustentan con sus donativos (véase el caso de Radio María), además de los recursos con los que puede contar la propia Iglesia Católica.

De hecho, es posible que producto de esta situación el Monseñor D. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, y uno de los disconformes con la deriva que sigue llevando el canal según ha publicado recientemente Infovaticana; haya tenido la intención de dar el visto bueno a un canal alternativo llamado Mater Mundi, pretendiendo emitir aprovechando las vacantes locales que ha dejado la nueva licencia de 13TV.

Una muestra más de las dificultades a las que nos referíamos al principio, entre el modelo de una televisión católica y el modelo de la economía de mercado en el que se mueven los medios privados; ya que para ser más consecuente con el mensaje del Papa Francisco por supuesto no llevaría publicidad, ni dependería de audiencias o sinergias mercantiles, sino que al estilo de Radio María se sufragaría, como no podía ser de otra manera, mediante donaciones de sus fieles.

Elaboración propia por Frecuencia Nueva de un reportaje realizado progresivamente. Última versión: 10 Abril 2016. Enlaces relacionados:

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