
Canal 33 es otro de esos proyectos que siempre nos han llamado la atención, en la dificultad de los medios por alcanzar ese ideal de independencia (al margen de la línea editorial que cada uno tenga); mientras paralelamente sus modelos de negocio son especialmente vulnerables a intereses políticos, dependencias comerciales, necesidades financieras y demás fuerzas que desgraciadamente convergen en este complejo mundo de la televisión.
Nacida en 1996, tras un proyecto anterior llamado Canal 47 en 1994, aún recordamos aquella carta de barras UER junto al fondo musical de Kenny G en sus primeras emisiones en pruebas desde la Torre de Valencia, y como no, uno de sus primeros logos; un “treinta y tres” con el fondo de un corazón rojo en honor al nombre de su propia frecuencia radioeléctrica, el canal 33 de UHF.

En un época en la que hablar de televisión local era hablar de la ilusión por ofrecer un tipo de televisión diferente, más cercana y alejada de los estándares más tradicionales; de su modesta pantalla nos vienen imágenes de espacios tan variopintos como aquel curioso de “Sesión Infantil”, donde los niños llamaban para jugar a la Playstation dándole indicaciones a la presentadora; el dedicado al mundo del toro que aún se mantiene en su parrilla “Tendido 33”, el magazine de entrevistas “Diga 33”, su propio informativo llamado “Hora Punta”, el debate “Tiempo de Tertulia” o aquellas mesas redondas de Constantino Mediavilla y sus populares colaboradores de “Madridiario.es”.
Pero sin duda, uno de sus aspectos que resultan más interesantes, y que tiene que ver con lo que comentábamos al principio, es la manera en que intenta vertebrar su ideal de independencia con un modelo de negocio que le libere precisamente de los grandes intereses comerciales.
Para ello ensaya las más variadas fórmulas, empezando por la clásica publicidad local en todas sus formas (anuncios por palabras, spots y publireportajes con entrevistas) y derivando en un modelo similar al de la antigua Radio Intercontinental de Madrid, intuyendo el alquiler a terceros de parte de su programación y de su múltiplex, e incluso recurriendo a algunos de sus profesionales más populares como Maria Jose Peláez y especialmente Emilio Javier; la singular voz de «La Inter«, que sigue dotándo a su publicidad de un carácter y personalidad inconfundibles.

Una historia difícil
Desde aquellos tiempos en que Esperanza Aguirre era entrevistada haciendo campaña electoral (tal y como podemos ver también en la revista Teleinforme) hasta el reciente Pablo Iglesias, la historia de Canal 33 es una trayectoria sinuosa; determinada por una parte por sus propias circunstancias (haciendo complejos equilibrios en un sector desamparado legalmente durante muchos años); y por otra parte por un contexto social, político y económico, que ciertamente convulso, ha incidido fuertemente en los medios; y del que tampoco ha sido inmune, reflejándose todo ello tanto en la evolución de su programación como incluso en su propia línea editorial.
Dos hechos sin duda marcan su vida y su recorrido. El primero de ellos, quedarse sin conseguir una licencia de TDT local en el concurso de 2004, contando sólo con su reconocimiento legal como televisión de proximidad; de modo que lógicamente, y coincidiendo con las por entonces manifestaciones contra la guerra de Irak, fue desarrollando una línea mucho más critica hacia el PP, posicionándose más como un medio de carácter progresista.

Y el segundo, y posiblemente el más duro, fue el que sufrió del otro gran partido político por parte del socialista de Jose Luis Rodríguez Zapatero; cuando casualmente la adjudicación de las emisiones en analógico de La Sexta desde Torrespaña coincidieron con la misma frecuencia en la que llevaba emitiendo desde hace casi diez años.
De hecho, como ya comentamos en algún otro artículo, fue este motivo más que el primero el que estuvo a punto de llevarle a su desaparición (y así lo llegaron a creer muchos); debiendo buscar una nueva ubicación en el saturado espectro madrileño, mientras La Sexta contaba con una frecuencia ya amplificada en muchas comunidades de vecinos.
Así que posiblemente, fruto también de su propio desencanto, Canal 33 empieza a refugiarse en el descontento y los nuevos movimientos sociales surgidos al calor del 15 M; dando paso a un nuevo concepto de televisión más reivindicativa frente al modelo programación local más generalista de sus inicios, y en la que terminará aterrizando Pablo Iglesias; en una relación, como se ha conocido, que acabó en profundos desencuentros.
Nuevas posibilidades
Sin embargo, no todo son obstáculos para este pequeño proyecto en el que llama la atención la manera en que sigue luchando por permanecer en las ondas madrileñas. Y actualmente podemos hablar de tres posibles oportunidades, dos de carácter más técnico y uno tercero a nivel más de mercado, que posiblemente ayudarían a fortalecer aún más su posicionamiento ante su audiencia y el propio mercado.
El primero de ellos, como ya comentamos en el artículo anterior, tiene que ver con la reciente adjudicación de las nuevas licencias de TDT nacional a emisoras como Kiss TV que también tienen licencias a nivel local, y que por tanto, es posible que a partir de ahora ya no necesiten. Es evidente que cuando se habla de negociar todo el mundo lo entiende en términos económicos y que Canal 33 es una televisión más bien modesta. Pero no hay duda de que si lograra alcanzar un buen acuerdo, sería la operación que a corto plazo mejor le permitiría entrar en las comunidades de vecinos a través del múltiplex 39 (que por otra parte es una frecuencia menos limitada al no coincidir con ninguna otra emisión en las provincias colindantes)
En segundo lugar, y aunque su verdadera eficacia se alcanzaría como complemento de la anterior, también podría aprovechar la campaña de resintonización que no tardarán en realizar los grandes grupos como Mediaset y Atresmedia para sus nuevas emisoras; beneficiándose de una operación que tampoco es que se realice masivamente todos los días, y que permitiría su memorización en la lista de canales de todos los televisores.

Y en tercer lugar, tampoco debería perder la situación de Telemadrid, pues no es la primera vez que ciertas crisis en proyectos que cambian de manos acaban descuidando el propio mercado en el que se habían consolidado; abriendo un escenario más esperanzador para quienes en otra época la competencia de la autonómica representaba una gran amenaza (y pudiéndose beneficiar de algunos presentadores que posiblemente los reconoceríamos si los volviéramos a ver en la pequeña pantalla)
Conclusiones
De este modo, en definitiva, y partiendo de los puntos estratégicos señalados anteriormente, pensamos que podría ir fortaleciendo una imagen de marca cuyo público objetivo y factor diferencial no se construyan sólo a nivel de una determinada línea editorial, sino especialmente en términos de su propio mercado local; pensando en lo que Canal 33 como televisión para Madrid pueda aportar de servicio y medio de comunicación independiente a los madrileños.

Asimismo, el detalle de utilizar su propio logo en la esquina de la pantalla en lugar de hacerlo con una sencilla tipografía, le daría una mayor presencia y personalidad visual, ayudando a su identificación al coincidir con su misma imagen corporativa.
Y como no, uno de sus aspectos clave sobre el que desarrollar una potente propuesta de valor es la participación de la audiencia en sus programas en directo.

Incluso, nos atreveríamos a decir que en lugar de una programación con ciertos espacios de participación sería más correcto pensar en cómo esa misma participación se podría materializar en todo un nuevo estilo de televisión, actualmente inexistente o que se ha demostrado escaso; comportándose como el mejor abono sobre el que crecer el ingenio de nuevos formatos.
En este sentido nis viene al recuerdo aquella otra modesta televisión local, Telemadroño, con programas como “Vivir en Comunidad de Vecinos” o aquél donde los ciudadanos llamaban para sugerir sobre los aspectos de Madrid que les parecían mejorables; de modo que abarcando todo tipo de temas, y junto a su Guinness del programa más largo, logró ganarse a la audiencia, alcanzando la popularidad que más deseaba.
Fuentes: Elaboración propia . Enlaces de interes:
- «Somos una referencia de televisión de proximidad». Revista Teleinforme