Balance de un año de radio digital DAB desde Navacerrada

Hace aproximadamente un año, concretamente el 24 de Abril, HolaDAB, el proveedor nacional surgido de las empresas Ibertel, TodoFM y Telecom Sites, nos sorprendía al crear su propia red de radiodifusión en DAB+ y anunciando sus emisiones en Madrid desde el emblemático centro emisor de Navacerrada a través del múltiplex 8D.

Una noticia que, sin duda, resultaba de lo más cautivadora, recordando aquellas emisiones provisionales con la que Telemadrid también se llegó a atrever durante unos meses en TDT, y que demuestra lo importante de una infraestructura que, por mucho que traten de convencernos de su apagado, sigue resultando clave en cuanto a sus bondades radioeléctricas por su estratégica ubicación.

Menos mal que siempre hay buenas mentes pensantes y buenas mentes pensantes de las que que deberían tomar buena nota el resto de emisoras actuales; aunque sea de manera oficiosa, que no oficial, puesto que estas emisiones no han sido objeto de ningún proceso regulatorio, sino que, como ellos mismos indican, ha surgido como «respuesta técnica a la pasividad absoluta de la Administración en impulsar la radio digital en España», o lo dicho claramente, como una forma de tomarse la justicia por su mano ante dicha pasividad.

Lo mismo podemos decir de TelTower, el otro proveedor de telecomunicaciones que ya había comenzado mucho antes en el área del Levante peninsular; siendo en julio de 2023 cuando decide aterrizar también en Madrid para expandir la oferta de su principal cliente, «Emisoras Musicales», y que al parecer ya había dado un buen resultado en ese mismo Levante español.

De tal manera que, más allá de la propia obra de caridad de unos y otros, lo que posiblemente buscan es explotar un nuevo yacimiento en el mercado que se vislumbra jugoso al amparo de la cantidad de pequeños y medianos proyectos que se han visto fracasados ante una FM totalmente colapsada, especialmente en Madrid; y en la que, por tanto, es imposible garantizar una mínima calidad de recepción si no dispones de una licencia legal por la que te respeten.


Las ventajas de recepción del DAB frente a la FM, siempre y cuando le sepamos sacar partido

Para quienes aún no lo sepan, el DAB es en la radio lo que la TDT ha sido para televisión, es decir, una forma de transmisión digital realizada en una banda específica, concretamente entre los 195 y los 223 Mhz, en los que también se establecen múltiplex de frecuencia única y multifrecuencia, y para el que se requiere un receptor apropiado que normalmente suele ir ya integrado junto al tradicional de FM y el clásico de Onda Media.

En un principio el DAB utilizaba el códec MPEG2 cuyos bitrates podían oscilar, desde los 160 Kbps para la mayoría de emisoras musicales, hasta los 224 Kbps de Radio Clásica y RNE 3, dando cabida a unos seis servicios por múltiplex. Posteriormente ha evolucionado al DAB+, que gracias a la mayor compresión de su códec HE AAC V2, permite utilizar bitrates más bajos y, por tanto, albergar el doble de emisoras o más dentro de un mismo múltiplex. Y finalmente, aunque convivan los dos,  es éste último el que terminará a imponiéndose como estándar definitivo sustituyendo al anterior.

Por supuesto, que este tipo de emisiones no tienen que ver nada con la de radio a través de la TDT en la cual, la propia capacidad de ésta para transmitir servicios de audio, también se aprovecha para difundir emisoras de radio. Aquí hablamos exclusivamente de audio, sólo que digital y, por tanto, con ventajas similares respecto a que, en primer lugar, la recepción siempre es limpia, es decir, no cabe como en la FM que escuchemos una emisora con los ruidos de otra pegada mucho mas potente; y en segundo lugar que, como indicábamos, también se pueden utilizar redes de frecuencia única que aprovechan mucho mejor el espectro radioeléctrico y, sobre todo, ser muy cómodas para la recepción en movilidad, pudiendo recorrer largas distancias sin necesidad de cambiar el dial.

Ahora bien, como pasa en cualquier tecnología, siempre y cuando se le sepa sacar su máximo partido. Y el ejemplo lo tenemos en Navacerrada que, a pesar de ser una idea soberbia, cuenta con comentarios muy dispares; desde la gente de la sierra, posiblemente con visibilidad directa, que avalan su excelente recepción, pasando por lo que hablan de dificultades en la capital, hasta los que dicen no escuchar nada, especialmente en las zonas más pobladas de edificios y en el interior de éstos.

Igualmente, hay quien se queja de no captar señal alguna desde Oropesa, una de las poblaciones más noroeste de Toledo, cuando Radio Nacional y Onda Madrid llegan perfectamente en la FM; lo que demostraría, tal y como indicábamos, que si queremos aprovechar al máximo esta infraestructura, no bastaría sólo con su altura y ubicación, sino que también habría que contar con el factor distancia; debiendo acercarnos a los 300 KW con los que, efectivamente, Radio Nacional y Onda Madrid cubren amplias zonas de Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ávila, Segovia, incluso Valladolid y, por supuesto, Madrid; así como una radiación omnidireccional que tampoco nos limite a nivel espacial para cualquiera de las tres comunidades.


Polémica ante unas emisiones al margen de cualquier plan técnico nacional

Con todo lo que más o menos vamos viendo, es lógico que hay quien pudiera deducir, que como el mercadeo de las frecuencias en FM se ha agotado por parte de quienes parece que se han hecho con el control del espacio radioeléctrico al margen de la ley, ahora pretenden aplicar las mismas estrategias para conquistar este nuevo campo de la radiodifusión digital; aunque es un tema que no deja de ser un poliedro con muchas caras.

Porque ciertamente, no podemos negar que, gracias a esta acción de desafío, las empresas involucradas están arriesgando por revitalizar una tecnología que, si no fuera por ellas, seguiría en coma; asumiendo efectivamente, no sólo el pulso con la Administración en algo que hasta ahora permanecía olvidado, sino que la aventura no despierte el interés y la demanda que cabría esperar por parte de unos usuarios que siempre pueden preferir otras alternativas más que sobradas a través de Internet.

Por otra parte, sabemos que son muchas las emisoras que desean transmitir en ondas hertzianas por la accesibilidad y gratuidad que representan para el usuario, pero que no pueden hacerlo, primero, por los excesivos trámites burocráticos hasta que se celebran los respectivos concursos de licencias y, sobre todo, por los favoritismos que siempre se intuyen al resultar beneficiados los mismos grupos de comunicación.

Además, ante la aventura que implica para la mayoría de ellas, puede resultarles más atractivo el alquilar los servicios de una de estas empresas, permitiéndoles incluso transmitir desde enclaves estratégicos como éste de Navacerrada, que hacer la costosa inversión en un sistema radiante; y que, lógicamente, si es de una cierta potencia, necesitarán instalarlo en un lugar óptimo alejado de los estudios de radio, lo cual no siempre es fácil.

Sin embargo, por poner una de cal y otra de arena, y puesto que como decíamos, éste no deja de ser un poliedro con muchas caras, también nos proponemos reflexionar sobre otras muchas implicaciones entre curiosas y otras más controvertidas.

En primer lugar, que bajo el amparo de esa «respuesta técnica a la pasividad absoluta de la Administración» también se abriría la legitimación por la vía de los hechos de cualquier otra posible iniciativa, bien desde de la ciudadanía o desde el propio mercado, que tampoco estuviese satisfecha por los poderes públicos; resultando curioso esgrimir como defensa, no sólo la pasividad referida, sino la propia tolerancia con que la Administración estaría actuando para el resto de casos en los que no se estaría aplicando estrictamente la ley.

En segundo lugar, que otras muchas empresas de telecomunicaciones, una vez que vieran que éstas están haciendo negocio y les va bien, también pudieran plantearse hasta qué punto tengan derecho a acaparar de esta manera el mercado, simplemente porque fueron la primeras en montar antenas aprovechando esa misma pasividad de la Administración; y pudiéndose hacer con el control de un espacio radioeléctrico que, por ser limitado, una vez que lo utilicen y se lo repartan entre ellas, habrán creado una especie de oligopolio en contra de la libre competencia de las que igualmente quieran participar de él.

Pero lo peor es el riesgo de que, al igual que presuntamente pasa en la actual FM, esas mismas operadoras, finalmente dueñas de esa parte del espacio radioeléctrico no asignado mediante los correspondientes concursos públicos, también se acaben comportando como oligopolios para sus clientes, no habiendo más opción que la de alquilar sus servicios sí o sí en caso de querer emitir, y sin competencia de precios.

Así que de todo esto el tiempo lo dirá si pasamos de un DAB que a nadie le interesa a un DAB que todo el mundo lo quiere.


La cuestionable calidad de sonido en las emisiones

Resulta sorprende que en el caso de TelTower nos encontremos con hasta 23 servicios de emisoras dentro de un mismo múltiplex. Y esto no es casualidad, pues independientemente de las bondades del sistema DAB+ y su códec HE AAC V2, los bitrates que se manejan son realmente bajos, en torno a los 32 Kbps, muy por debajo de la calidad que debería ser exigible y, por tanto, en el límite de lo digerible por el oído humano.

Pensemos que sólo los servicios de RNE1 y RNE5 actuales en DAB+ están a 96 Kbps, muy por encima de las cifras anteriores, y aún así, bastante por debajo de los 160 Kbps que utiliza Spotfy en su versión gratuita.

También depende de cómo sea en cada caso la calidad de las fuentes de música, así como el tratamiento de la señal que va desde dichas fuentes hasta el transmisor; siendo lo correcto partir de archivos wav a 44.1 Khz y 16 bits y que toda esa cadena se lleve a cabo, a la máxima calidad y de manera digital, hasta la compresión final. Pero desgraciadamente no siempre es así, bien por ahorrar costes, por falta de recursos o simplemente por ignorancia, pudiéndose llegar a utilizar señales procedentes directamente de internet en cuyo camino han podido sufrir hasta dos y tres compresiones con distintos códecs y  a distintas calidades, a cada cual menor; además de posibles conversiones analógicas y digitales totalmente innecesarias.

Por eso, la propaganda a la que acostumbran estas operadoras nos ha llevado a anteponer calidad a cualquier cosa que incluya el término digital. Y ni mucho menos. Lo digital te da más calidad que lo analógico si se quieren hacer las cosas bien. Pero, como decimos, si no interesa, no se quiere o no se sabe, no hay más que coger dos fotografías digitales y comprobar, si al ampliar un mínimo, ya se empiezan a ver los pixelotes, o sin embargo, no paramos de ampliar hasta ver el último detalle.

Claro está que en el primer caso cabrán muchas más fotos en nuestro disco duro porque el tamaño del archivo siempre será menor, pero a costa de una calidad tan cuestionable como las muchas emisoras que también pueden llegar a caber en un mismo múltiplex con un bitrate de apenas 32 Kpps.


La gran oportunidad para ampliar la oferta actual incorporando proyectos presentes o anteriormente fracasados.

Sin duda, uno de los efectos más positivos que está teniendo este impulso del DAB+ es la posibilidad de incrementar la oferta existente, no ya en cuanto a estas nuevas emisiones experimentales, sino respecto a las restantes que disponen de licencia en la FM, debiendo hacer un traspaso de todas ellas a esta forma de transmisión digital.

De esta forma, y para asegurarnos una calidad de al menos 128 Kbps en AAC (equivalente a unos 224 Kbps en el formato MP2), nuestra propuesta pasaría por emplear dos múltiplex de la red FU-E, es decir, el actual 11B junto a uno nuevo 11A, conteniendo todas las emisoras que no supongan desconexiones territoriales; de tal modo que, como podemos ver en la tabla, se pudieran añadir todas las musicales que faltan del Grupo Prisa, Atresmedia, Grupo Kiss y Grupo COPE, así como trasladar aquéllas que, por esos mismos contenidos, tampoco tengan sentido que formen ninguna red global multifrecuencia a nivel provincial.

11A (nuevo) 11B (actual)
Cadena Dial R.E.E (Radio Exterior de España)
Radiolé R.N.E 3 Pop
Los Cuarenta R.N.E Clásica
Los Cuarenta Classic Cadena Cien
Los Cuarenta Dance Megastar
Los Cuarenta Urban Rock FM
Europa FM Radio Marca
Onda Melodía Radio María
Kiss FM
Hit FM

En segundo lugar, de acuerdo al Real Decreto 1287/1999, debería activarse el múltiplex 11C, permitiendo emitir a Onda Madrid, y a la que podría sumarse BOM Radio en consonancia con la licencia autonómica de la que también goza la emisora de televisión del mismo grupo, BOM TV.

En tercer lugar, para las emisoras de los múltiplex 8A y 9D correspondientes a las redes MF1 y MF2 (redes nacionales con distintas frecuencias para cada provincia), el DAB+ permitiría reagrupar todas ellas en uno solo, pudiéndonos quedar, o bien con 8A o bien con el 9D; conteniendo las actuales RNE 1, RNE 5, Cadena SER, Onda Cero, COPE, Intereconomía y el Mundo Radio (Radio Marca), además de EsRadio, y configurando así esa red global con desconexiones provinciales que en este caso sí que necesitan para sus informativos locales.

Y finalmente, los más favorecidos por este panorama serían aquellas  víctimas del actual colapso al que se ha llegado en la FM de Madrid, bien como la oportunidad de penetrar mejor en la propia comunidad y alrededores como sería el caso de Sol Radio y Libertad FM; o bien como la única tabla de salvación si de verdad quieren dejar de estar perdidos en una maraña de ruidos e interferencias sin que nadie les escuche, como ya pasó con Decisión Radio (102.1), Cadena Ibérica (91.9 y antes 88.8) y Qué Radio (96.7), y como podría volver a pasar con La Jungla Radio (95.6) y la reciente reconvertida Radio Intercontinental de Enrique Rioboo (95.4).


Conclusiones

Pese a que son realizadas al margen de cualquier plan técnico nacional, las nuevas emisiones en DAB+ realizadas por los operadores TelTower y HolaDAB, suponen un impulso de esta tecnología ya que, gracias a ellas, es posible que mucha gente haya desempolvado aquella radio DAB con la que apenas escuchaba unas pocas emisoras en Madrid y Barcelona, y al mismo tiempo hayan animado a Radio Nacional a emitir en DAB+; contribuyendo así a romper todo ese círculo vicioso de los receptores que no se compran porque faltan contenidos y los contenidos que no oyen porque nadie compra receptores.

Sin embargo, esta realidad también comporta otras muchas caras en lo que significa que, bajo esa respuesta técnica ante la pasividad de la Administración que ellos defienden, unas cuantas operadoras puedan apropiarse de un recurso público, como es el espacio radioeléctrico, para terminar haciendo de él un negocio privado; al tiempo que curiosamente pudiera afectar a la libre competencia de otras que, bajo la misma justificación, quisieran participar igualmente de la propiedad de dicho recurso público.

Por otra parte, con tal de exprimir el negocio al máximo y de dar cabida al mayor número de emisoras dentro de un mismo múltiplex, lo hacen a costa de transmitir con bitrates al límite; cuando lo deseable sería llegar hasta los 96 o 128 Kbps para asegurarnos una alta calidad, aunque en lugar de 23 emisoras por múltiplex habláramos de unas 15 que ya está muy bien.

Finalmente, aún queda por saber cómo responderán los usuarios entre los que defienden su usabilidad y gratuidad, sobre todo en movilidad, y los que piensan que Internet ofrece mucha más opciones, tanto en calidad como en la personalización de los propios contenidos, incluidos los radiofónicos en forma de podcast que ya se distribuyen en plataformas como Spotfy y Amazon Music.

El tiempo lo dirá, aunque si algo están demostrado estas iniciativas, es que pueden presentarse como la oportunidad soñada para todos aquellos proyectos fracasados o a punto de fracasar ante una FM cada vez difícil de abordar; que, por tanto, les pueda asegurar su supervivencia y viabilidad.

 

 

 

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