Vivimos en un mundo de decadencia. Y desgraciadamente esa decadencia también parece reflejarse en la tecnología audiovisual, cuyos productos tienden a sufrir una cierta involución; de tal manera que cada nuevo modelo que lanzan al mercado descatalogando al anterior contiene cada vez menos prestaciones; no sabemos si porque no realizan suficientes inversiones a nivel de mercado que les permitan “conectar” con los intereses reales de usuario; si porque prefieren seguir una política de abaratamiento de costes a consecuencia de la crisis económica o porque, simplemente, les falta imaginación a la hora de emprender y sorprender con productos realmente atractivos, tanto en prestaciones como en diseño.
El caso de los servicios de radiodifusión
Por ejemplo, si bien podemos entender la eliminación de la Onda Media en los equipos estereofónicos de gama media o media – alta pese a la popularidad que goza esta forma de transmisión en la radio generalista, lo que no resulta entendible es obviar la FM además de la radio DAB, y no digamos la eliminación de los sintonizadores de radio entre los componentes de la Alta Fidelidad. Y es que prestigiosas marcas como TEAC, Denon o Sony hace mucho que los dejaron de fabricar y los pocos que lo hacen como Yamaha, Onkyo o Rotel los venden a precios prohibitivos que en ningún caso justifican tanto su calidad sonora (que siempre estará limitada en torno a los 12 o 15 Khz máximo); ni tampoco su calidad de recepción si lo comparamos con sintonizadores de gran selectividad dirigidos al campo del diexismo como el “Tesun PL-360” o el “Sangean ATS-909X”.

Pero en el otro eslabón de la cadena, el de la recepción, también hay contradicciones; pues igual de ilógico resulta por ejemplo el caso de Televés y su antena “Dinova Boss REF 144021”; ya que, aunque el modelo actual es algo más ligera puesto que han incluido el amplificador y el sistema “Boss Tech” en la misma antena, sin embargo seguimos sin comprender por qué le han eliminado respecto a su predecesora la recepción de FM y DAB.

Hay quien puede pensar que no tiene demasiada importancia en tanto que hoy en día todas las emisioras emiten también por la TDT o a través de Internet. Sin embargo, nada más lejos de la realidad ya que en el caso concreto de Internet, no todas lo hacen con gran calidad e incluso las hay que ni siquiera pueden ser escuchadas en los populares receptores WiFi. Por ejemplo, salvo excepciones como “Happy FM” y “Albacete 95” que emiten a 320 Kbps, o como mucho “Roca FM” con sus 192 Kbps, el resto apenas alcanza los 128 Kbps o incluso utilizan 96 Kbps; por no hablar ya de “Onda Madrid”, “Canal Sur Radio”, “Radio Castilla La Mancha” o “Canal Extremadura Radio”que, como decimos, ni siquiera es posible sintonizarlas en ninguna radio WiFi; dado que, como siempre, la falta de una normativa que unifique formatos, hace que su protocolo de transmisión HLS impida que dichos sintonizadores reconozcan su streaming; por lo que desgraciadamente todo ello termina generando un gran desconcierto en el usuario.

El caso de los actuales componentes Hi Fi
Pero si esto es así, no lo es menos en el campo puro del audio, es decir, el de los clásicos componentes de esa Alta Fidelidad al que nos referíamos al principio.
Un claro ejemplo es el de TEAC y sus combos CD más pletina de cassete en el que hemos observado cómo cada nuevo modelo que lanzaban al mercado iba menguando en prestaciones; desde aquél AD-RW900 de 2011 capaz de grabar en CD, cinta de cassete y en MP3 a 192 Kbps, incluso desde un tocadiscos, al actual, el AD-850; donde se ha perdido la grabación de CD, la pletina carece de sistema Dolby y no es autorreverse, la grabación en MP3 se ha reducido a tan sólo 128 Kbps y la posibilidad de disponder una entrada “phono” para conectar directamente un tocadiscos también ha sido eliminada. Por otra parte, su homólogo profesional, el Tascam CD-A580, tampoco es marque ninguna diferencia esencial el cual ni siquiera incorpora salidas digitales ni balanceadas.

Y sus respectivos displays no son precisamente de lo más acertado, más bien diríamos que son horrorosos, con un fondo azulado de intensísimo brillo, molesto para la vista, que no se puede regular y en el que además se transparentan todas las opciones no seleccionadas. Lo único que estos dos últimos modelos afortunadamente han conservado respecto al AD-RW900 ha siso su diseño y por ello que es en lo único en lo que siguen destacando, debiendo decir que es excelente (excepto en el display). Pero nada más.

Otro caso, sería el de los ecualizadores. ¿Nos acordamos de aquellos ecualizadores gráficos tan propios de los noventa? ¿Por qué marcas como Pioneer o Technics los han dejado de fabricar, que además disponían de varias entradas y salidas; y por supuesto tenían un diseño francamente elegante gracias a su “display” digital de barras de blancas o ligeramente azuladas sobre fondo negro? ¿Cómo puede ser que no haya más que videos en Youtube de gente mostrando con orgullo esos bonitos ecualizadores, que más allá de su objetivo acústico, proporcionaban con el movimiento de sus barras una viveza y un atractivo visual sin igual y sin embargo ninguna de las marcas actuales se interesa por ellos?
Incluso ¿cómo puede ser que innumerables marcas chinas (que sí parecen haberse preocupado más por conocer los intereses del consumidor) tratan de reproducirlos ofreciendo simplemente el display, lo cual es una auténtica chapuza estética y tampoco tiene mucho sentido desde el punto de vista acústico?

¿Tanto le costaría a TEAC, por ejemplo, probar a fabricar algún ecualizador gráfico de este estilo con el referido display clásico de barras blancas sobre fondo negro al estilo de los que sí ofrecen conocidos reproductores de PC como Winamp, el propio de Windows Media o el de código abierto AIMP? ¿Tanto le costaría hacerlo con varias entradas analógicas, además de algunas digitales como la SPDIF, y a su vez con un par de salidas analógicas y digitales a fin de que el ecualizador funcione también como selector de diversas fuentes y preamplificador?

Pues desgraciadamente no; lo que demuestra que algo debe fallar en las mentes pensantes de los estrategas comerciales, que creerán que las demandas del público por esta clase de dispositivos ya no dan para más, cuando la realidad es justamente lo contraria; siendo sólo la marca alemana Behringer con su DEQ2496 la única que presenta un modelo profesional bastante complejo consistente en un ecualizador digital, tanto gráfico como paramétrico, con una entrada analógica balanceada, dos digitales y dos salidas analógicas, aunque nuevamente con un display anaranjado chillón cuya luminosidad vuelve a resultarnos muy poco atractiva.
Finalmente, no menos importante es el tema de la estética porque alguien debió confundir modernidad con ciertas formas futuristas que hace que los equipos de música y los altavoces se terminen asemejando más a una indumentaria aeroespacial que en realidad lo que son, dispositivos destinados a un disfrute personal que al mismo tiempo permitan una buena integración en el hogar.

De hecho, aunque como ya hemos indicado TEAC suele tener unos diseños exquisitos y Denon también (por lo menos en lo que respecta a componentes HiFi), no es lo mismo con Audiolab o Arcam que desde nuestro punto de vista quieren marcar tanto la diferencia como marcas de alta gama que se olvidan de la elegancia conseguida por diseños más clásicos y sencillos desarrollados principalmente entre los años noventa y la década de los dos mil, como aquellos modelos preciosos de la marca Technics con sus botones y cantos redondeados.

Conclusiones y recomendaciones
Como decíamos y no nos casaremos de repetir, es lógico que un monitor plano sustituya y descatalogue al de tubo, que un monitor plano con entradas HDMI sustituya al que tenía sólo entradas VGA y es aún más lógico que el monitor plano con un sistema “flicker free” para evitar la fatiga ocular sustituya al que no la tiene. Asimismo es obvio que el coche eléctrico sustituya al de gasolina por ser menos contaminante (o al menos que sean coches híbridos), que la bicicletas eléctricas vayan sustituyendo a las que no lo son por ventajas evidentes o que las modernas bombillas led sustituyan a las antiguas de filamento por ser menos duraderas y consumir más.
Pero lo que vemos inconcebible es el proceso justamente contrario: productos que funcionan y reconocidos por el público sorprendentemente retirados e inexistentes (porque de hecho no se venden en el mercado segunda mano); productos que involucionan respecto a otros modelos anteriores con prestaciones cada vez más exiguas al tiempo que sus diseños van siendo más extravagantes; productos que en el caso de la radio, incomprensiblemente, obvian sistemas de recepción que aún siguen vigentes como la FM o se afanan en ignorar otros de mayor calidad como el DAB; y sobre todo productos que se contradicen unos a otros y no son complementarios entre sí a consecuencia de una falta de coordinación en la industria que al final acaba generando un auténtico desconcierto en el usuario.
Nuestra recomendación para estas compañías es clara. Si quieren ver crecer sus negocios y todavía siguen creyendo en la lógica de ofrecer soluciones a las necesidades e intereses del usuario en lugar de tratar de imponerle sus propios intereses, necesitan escuchar a dicho usuario.
Y el usuario, como decimos, lo primero que reclama es coordinación. Es decir, no puede ser que, por un lado, el satélite se reivindique como un avance en cuanto a mayor capacidad y descongestión de la red de difusión ante la compleja orografía de nuestro país, como en parte defiende el director de SES Astra Luis Sahún; y que por otro, muchos televisores sigan sin integrar este tipo de recepción y no digamos los grabadores de DVD o Blu-Ray como el “Panasonic DMR-BWT850”.
No puede ser que se fabrique una antena como la “Dinova Boss” de Televés ignorando la FM o que se fabrique en su lugar una Dinova Boss Mix con DAB cuando por otra parte, incomprensiblemente, muchos fabricantes de sintonizadores de radio no implementan el DAB.
Como tampoco puede ser que, mientras los populares sintonizadores WiFi de Sangean puedan recibir desde una emisora local de Pozuelo en Madrid a cientos de emisoras del mundo, luego sean incapaces de recibir la radio de Castilla la Mancha o las del grupo de Canal Sur de Andalucía simplemente porque emiten en un protocolo tan poco usual como el HLS.

En segundo lugar, los productos deberían descatalogarse porque haya otros que los sustituyan con mejores prestaciones, pero no al contrario generando productos cada vez más huérfanos y exiguos, sobre todo en lo que a conectividad física se refiere. El usuario, lo que busca, es la mayor combinación posible de ese producto con otros de la misma marca o con otros que ya tenga. Requiere que pueda conectarlo a innumerables fuentes y que a su vez pueda ser fuente de otros muchos dispositivos. Por ejemplo el Home Cinema Pioneer VSX-S520D no tiene salida analógica en comparación con su predecesor el VSX-S510. ¿Y si queremos grabar de su radio aprovechando la entrada analógica de la tarjeta de sonido de un ordenador? ¿y si queremos conectarle unos altavoces autoamplificados para otra habitación? ¿Y si queremos conectarle uno de esos displays chinos que imitan el de los ecualizadores gráficos que ya no se fabrican? Innumerables aplicaciones con una cosa tan simple como una salida analógica con dos conectores RCA que no dispone restándole cantidad de posibilidades.
Pero además, la tendencia clave que las marcas deberían seguir es la recuperación de los formatos del pasado con la tecnología del presente como esta haciendo TEAC y especialmente la marca alemana Auna Multimedia. Por ejemplo, esa doble pletina de cassete con conexión USB para digitalizar la cintas al ordenador como la fantástica “TEAC W-1200”, ese tocadiscos o reproductor de CD pero nuevamente con USB para grabación o reproducción en pendrive de archivos MP3 como el “Denon DP-200”; por supuesto la recuperación del clásico sintonizador de radio, sin Onda Media puesto que se trataría de un producto de gama media o alta, de acuerdo, pero siempre con FM y DAB a la vez que nuevamente podamos combinarlo con la tecnología actual como es la recepción de emisoras por Internet vía WiFi o por cable ethernet como el “Sangean WFT-3” o el “Auna iTuner 320 BT”. Y finalmente la recuperación de los distinguidos ecualizadores gráficos actualizados con entradas y salidas digitales al estilo de los que en su momento hacían marcas como la misma TEAC, Pioneer o Technics. De todo ello, por tanto, deberían también darse cuenta el resto de marcas como Denon, Marantz, Pioneer, Sony, Onkyo o NAD por citar algunas.

También la usabilidad es francamente importante, sobre todo en productos no profesionales y cuyo usuario no esté suficientemente familiarizado. Por ejemplo y por seguir aportando ideas ¿alguien ha pensado en la sintonización directa en los pocos receptores de alta fidelidad que aún se encuentran disponibles en el mercado? Simplemente consiste en teclear la frecuencia de FM de la emisora que queramos escuchar para acceder a ella inmediatamente; lo cual resulta muy útil cuando nos encontramos al final o al principio del dial y no queremos recorrerlo entero sólo para sintonizar la emisora deseada.
Lo mismo podemos decir de las ruedas digitales giratorias. Éstas, que están algo más implantadas en los productos profesionales, resultan muy cómodas para acceder a cualquier función de un menú, buscar las pistas si es un reproductor de CD, navegar por el dial si es un sintonizador de radio, o calibrar el volumen de fuentes externas si es un grabador de MP3.
Y finalmente, lo tercero que básicamente busca el usuario es que el diseño sea lo suficientemente elegante empezando por los displays. En este caso nos da igual que el display sea el tradicional o incluso uno más moderno LCD como le puede pasar al sintonizador “Sangean WFT-3”, pero siempre blanco sobre negro, cuyo brillo se pueda ajustar y no haga daño a la vista, y sobre todo, ¡por favor!, que nunca se transparenten las opciones no seleccionadas como en el “TEAC AD-850” lo cual resulta cutre y chapucero.

Pero además, para que ese display resulte realmente atractivo, es necesario que presente suficiente información y bien estructurada. Por ejemplo, si fuera un sintonizador de radio de FM lógicamente frecuencia y nombre de la emisora sintonizada siendo básica la recepción RDS (con PS, PTY, radiotext y código PI) pero también un indicador de recepción “mono” o “estéreo”, otro indicador popularmente conocido como “tune” para expresar que la recepción es óptima, el número de la memoria si el receptor admite emisoras memorizadas y especialmente la indicación del nivel de señal en dB como hace el “Sony ST-SE570”.
Si estuviéramos hablando de un reproductor de CD, que incorpore el llamado “CD text” para visualizar el nombre de la pista y el artista, además del tiempo transcurrido y el restante, más un indicador de qué tipo de CD estamos introduciendo, si CDR, CD-RW o CD – MP3; así como una barras de nivel para constatar la señal de audio que se está reproduciendo.
Y si fuera un amplificador o incluso un preamplificador, indudablemente vúmeters analógicos o digitales, que además de tener una función clara para avisarnos del límite de esa misma señal de audio antes de poner en riesgo los altavoces, les proporciona un atractivo para el usuario sin igual que, sin embargo, ninguna marca los implementa a excepción una vez más de TEAC y como mucho Yamaha, pero sólo en aquellos amplificadores más voluminosos.

En definitiva, como empezábamos al principio, las marcas deben de conocer lo que realmente demanda el usuario. Y si les falta imaginación, creen que ya está todo inventado, están algo perdidas o no realizan suficientes estudios de mercado, esperamos que al menos este artículo les haya arrojado algo de luz, y por tanto, les ayude a descubrirlo.
Artículo de elaboración propia escrito por Frecuencia Nueva de Radio y Televisión